El Facebook se hace operativo a través de un espacio en donde el usuario puede expresarse de diferentes maneras, desde pensamientos, reflexiones, estados de ánimo, mensajes a los amigos, anexando enlaces para páginas web (youtube especialmente), imágenes, videos, etc. Este espacio tiene el nombre original en inglés de “wall” y es traducido al español como “muro”. Es posible que dicho nombre haya sido tomado de la pizarra que se coloca en la pared de las oficinas y en donde se fijan mensajes y recordatorios de diversa índole y que en el hogar es sustituido muchas veces por la refrigeradora. No obstante, el nombre de muro o pared en español como espacio de expresión, por lo menos en estas latitudes, nos lleva mentalmente a las pintas, grafitis o a la calidad de mingitorio, tan socorrida en estos lados.
El usuario puede utilizar su propio muro para compartir con su comunidad de amigos lo que en ese momento le inspire. La invitación del propio muro tiene como default “¿Qué estás pensando?” y trae las opciones de anexar fotos, videos, eventos o enlaces. El usuario puede también escribir en el muro de uno de sus amigos para dejarle un mensaje, anexándole de igual manera, fotos y demás. Salvo algunos ajustes en la configuración, todos los mensajes podrán ser vistos por todos los amigos y de la misma manera, todos podrán tener dos opciones, la de dejar un comentario o apuntar “me gusta”.
Es también importante saber que en su utilización general, todo lo que un usuario publique en su muro o en el de sus amigos, así como los comentarios correspondientes serán observados por toda la lista de amigos que tiene en la red. De esta forma, se necesita una fuerte dosis de ponderación con el fin de expresarse considerando que todos sus amigos, cada quien con su carácter particular, van a leer su estado y sus reacciones podrán ser muy diferentes. No espere que a todo el mundo le guste lo que expresó o colgó en la red, de esta forma, mejor hágase de cuenta que está escribiendo por el placer o necesidad de expresarse, sin la expectativa de recibir alguna retroalimentación que lo satisfaga. Un famoso escritor dijo que esto era como lanzar una botella al mar con un mensaje dentro, que puede ser que algún día alguien pueda encontrarlo y leerlo; de la misma manera, hay que hacerse la idea que lo que colgamos en el muro puede ser como esa botella y de esa manera será bienvenido cualquier comentario.
Hay que cuidar mucho lo que se va a escribir, incluso pensarlo dos veces antes de publicarlo, pues a pesar de que existe la posibilidad de eliminar la entrada, puede ser que alguien ya la hubiese leído y compartido a su vez y entonces sea demasiado tarde. Así mismo, es muy importante cuidar la ortografía, lo cual se facilita con la herramienta del subrayado rojo que en muchos casos, no todos, nos alerta de algún posible dislate. No se le ocurra disimular con el estilo SMS, tan en boga, de contraer palabras, utilizar la “K” o jugar con mayúsculas y minúsculas en la misma palabra. Mucho se ha insistido también en que no es cortés escribir sólo en mayúsculas, pues se considera que el emisor está gritando su mensaje. Tampoco utilice palabras soeces, que para algunos será un folklórico pero para otros será un patán. Si se va a arriesgar a jugar con el doble sentido, hágalo con gracia, de manera sutil, de tal forma que muchos ni siquiera lo noten. Escriba como si estuviera en un examen de Español, con un tribunal de 150 réplicas observándolo.
Con los comentarios también es necesario tener mucho tacto. En primer lugar, a pesar de que se supone estos están abiertos a todos los amigos del usuario, hay que ser muy intuitivo para saber cuándo es pertinente realizar un comentario y cómo hacerlo. Póngase en los zapatos de quien lo envió e imagínese qué tipo de comentario está esperando. Muchas veces el mensaje está pensado para un determinado círculo de amigos de quien lo envió y hay que ser prudentes para decidir si se puede o no participar.
En algunas ocasiones, algún asunto genera comentarios que de repente se convierten en algo así como la canción de Muchilanga, que viene a desembocar en insultos y demás situaciones incómodas. En estos casos, es prudente extraer el motivo de la discordia y plantearlo de manera objetiva en un foro, que es otra aplicación de Facebook,, en donde con ciertas reglas predeterminadas, se puede provocar un debate de altura sobre cualquier tópico.
La aplicación de “me gusta” tiende a facilitar la participación en la red, pues al pulsar ese botón, denota que lo expresado por el emisor del mensaje es de su interés y que le ha gustado, ya sea el propio mensaje, el enlace, la foto y demás, ahorrándole al usuario el tener que emitir un comentario. No obstante hay que tener mucho cuidado con la interpretación que pueda tener un “me gusta” ante un mensaje. Puede ser que el amigo haya expresado su pesar por la enfermedad o muerte de alguna persona y si usted está acostumbrado automáticamente a poner “me gusta” a todo lo que escriben sus amigos, puede verse en un problema. Si un amigo pone una foto de su esposa, presentando a su bella compañera, pulsar el botón de “me gusta” podría tener cierta connotación un tanto atrevida, por lo que se sugiere hacer un comentario felicitando al amigo por tener una guapa esposa, que es más adecuado.
Si tiene una participación muy activa en la red social, es conveniente que estudie un poco las normas sobre lo políticamente correcto, que recomiendan ciertos conceptos que tienden a minimizar ofensas al expresarse, contra grupos étnicos, religiosos, culturales o con alguna condición de salud, pues más vale pecar de exagerados que herir cualquier susceptibilidad.
Cuando se necesita reducir el círculo de participantes de un comentario, existe ahora en el muro un selector de opciones para manejar el nivel de privacidad del mismo. En los casos que haya necesidad de comunicación estrictamente entre dos amigos, es recomendable usar la opción de mensajes, que es una especie de correo electrónico rudimentario de Facebook, en donde sólo el emisor y el receptor pueden ver el mensaje. De la misma forma, recientemente Facebook ha creado la alternativa de formar grupos exclusivos en donde el ingreso está restringido por el creador del mismo y lo que ahí se comparte no puede ser visto por nadie ajeno a ese círculo.
Mucho se ha hablado que en breve la red agregará un botón de “no me gusta” lo cual sería un arma de doble filo, pues su uso debería ser exclusivamente para situaciones extremas. Esto me hace recordar el caso de una muchacha que allá por los años cuarenta, fue llevada a los Estados Unidos como asistente doméstica y como no sabía ni una palabra de inglés, sólo pudo aprender a responder, ante todo que le decían en la calle: “No good, Mister, no good”.
La sociedad actual nos está conduciendo hacia lo que Orwell anticipó en su libro “1984”, en donde el Hermano Mayor (de aquí nace lo de Big Brother) conocía todo lo que hacía la gente, no importando donde estuviera. Debemos de prepararnos para actuar en una sociedad en donde todo está captado por cámaras satelitales, de seguridad, de monitoreo, del computador; del celular, por lo tanto, no hay lugar para deslices, dislates y participar en el Facebook es un buen entrenamiento, si sabemos conducirnos, con tolerancia, sensibilidad y propiedad.