Gases del oficio

Existe una infinidad de estudios sobre el habla nicaragüense y en su mayoría se enfocan en los fenómenos morfológicos, sintácticos o semánticos, muy pocos están centrados en los fonéticos. Tal vez podría citarse los esfuerzos de Xiskya Valladares Paguaga sobre la variedad nicaragüense del español.

En este artículo me gustaría resaltar de manera muy general uno de los aspectos que más dolores de cabeza provocan en los estudiosos de la fonética del habla nicaragüense y que es el consonantismo, en especial cuando ocurre por alteración.Si usted se fija cuidadosamente en el hablar cotidiano, observará que es muy común escuchar la palabra recepción pronunciada como “recección”. De la misma forma escuchará “decección”, “inscricción” “acectar”.

Podría tal vez pensarse que en consideración al desarrollo del lenguaje en el pueblo nicaragüense al momento de la fusión entre el castellano y el náhuatl y otras lenguas indígenas, ciertas pronunciaciones se dificultaron y han perdurado con el tiempo.Lo anterior, es comprensible si se toma en cuenta que en América Latina ocurren fenómenos parecidos como el caso de la pronunciación de la “R” en muchos países antillanos que tiende a convertirse en “L”.

Sin embargo, lo más extraño del caso es que es muy común escuchar a las mismas personas decir “epsigente” o “epselente” en lugar de exigente o excelente, entonces si pueden pronunciar la combinación “psi”, bien pueden con “pcio”, por lo tanto no deberían tener problemas para pronunciar correctamente “decepción”.Lo mismo ocurre con “insepto” o “coptel”, sin embargo, escuchará decir “dictongo”, “dicsómano” o “rectil”

Otro ejemplo ilustrativo es lo que ocurre con “clip”, que mucha gente pronuncia como “clic”, lo que pudiera hacernos pensar que en el habla nicaragüense se dificulta finalizar un vocablo con “p”, sin embargo, con el moderno argot de las computadoras, al no antojársenos el término español “pinchar” para el golpecito que se da a un enlace, preferimos el anglicismo onomatopéyico “clic”.Entonces aquí viene lo curioso, mucha gente dice “clip”.De esta forma, se pone un “clic” para sujetar un documento y se le da doble “clip” con el mouse de la computadora.

Lo mismo sucede con las consonantes dobles como la “m” o la “n” y de esta forma encontramos que se pronuncia “Egma” en lugar de Emma o “peregne” en lugar de perenne o bien “higno” en vez de himno.

Podría pensarse que este fenómeno es común en las clases de muy bajos recursos económicos, sin embargo, está enquistado en todos los estratos de la sociedad. La diferencia tal vez radicaría en la amplitud y profundidad de la incidencia, encontrándose más casos de la presencia de este fenómeno en las clases más bajas, acompañados de otros más añejos como el decir “los juimo” en lugar de nos fuimos, “botea” en lugar de botella, y a medida que se asciende en la pirámide social, va disminuyendo la presencia de estos fenómenos, pero siempre estarán presente los más obvios.

Recuerdo a un Ministro de Educación que se preciaba de tener una preparación académica inmejorable en su campo, haber obtenido más títulos que Alexis Argüello, dominar tres idiomas e incluso haber escrito algunos libros; al momento de hablar recurría frecuentemente a “decección” y “acectar”, entre otros.Tenía a su favor que ciertas consonantes como la “c” no las pronunciaba fuertemente, por lo que su consonantismo era muy sutil.

Estoy seguro que algún estudioso de la fonética nos presentará en algún momento elementos que nos aclaren de manera diáfana todas nuestras interrogantes sobre estos curiosos fenómenos.Mientras tanto yo sigo con esa tremenda duda de que si alguien puede determinada combinación de vocales y consonantes en algunas palabras, por qué en otras no puede hacerlo. En una ocasión le preguntaba a un joven conocido la razón por la cual no podía decir «recepción» sino “recección” y sin embargo podía decir “coptel”. -Esos son gases del oficio- me respondió tranquilamente.–Definitivamente- pensé para mis adentros.

7 comentarios

Archivado bajo cultura, lenguaje, Nicaragüense

7 Respuestas a “Gases del oficio

  1. Oswaldo Ortega

    ¿Que tal cuando hablamos de una «exploxión» o «explocsión» y su adjetivo «explocsivo»? Lo escuché en una radio emisora de Managua mientras el locutor daba lectura a un comunicado oficial. Realmente fue «deseccionante».

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  2. Hola, muy interesante – e importante- artículo.

    Ese mismo ministro que señalás dijo en una oportunidad: «…la espada de Dámocles», tal vez porque la mayoría de los nombres griegos históricos son esdrújulos: Temístocles, Aristóteles, Arquímedes…

    Otra situación que se presenta es el uso del femenino «analfabeta» aplicado en ambos géneros tanto en nicas cultos como incultos. De las personas que he tenido oportunidad de escuchar, sólo del doctor Carlos Tünnerman conozco la aplicación correcta en los dos géneros.

    En algunas conversaciones me he visto precisada a preguntar : ¿»Apto» con «p» o «acto» con «c»? 😀

    Salud♥s

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  3. ¿Sabés que es, en mi humilde opinión, lo peor del caso? Que cuando una persona quiere hablar bien, entre otras cosas pronunciando correctamente las letras de las palabras, diciendo por ejemplo «está bien» y no «tá bien» y pronunciando las eses, la gente lo vulgarea, lo jode, lo ridiculiza, se burla pues y poco a poco vas regresando a los antiguos y aceptados hábitos y modos de hablar, hasta que tu vocabulario se reduce al mínimo posible y usás una misma palabra para referirte a diez cosas diferentes y cuando la palabra se te olvida usás un gesto. Los que te rodean funcionan como los cangrejos en una pana, jalando hacia abajo al cangrejo que quiere salir.

    Más tarde, cuando queremos aprender un nuevo idioma tenemos que aprender de nuevo a hablar el propio. En California conocí un joven granadino de clase media que tenía muchos problemas de pronunciación y nunca aprendió a decir tiempo en inglés (time) y siempre decía «tain» en lugar de «taim».

    Por eso un nica jamás aprenderá a hablar bien idiomas como el checo, con esas ristras terribles de consonantes que a veces llevan algunas palabras.

    Me hubiera evitado muchos dolores de cabeza si hubiera aprendido desde chiquito a emplear bien las consonates, porque no es que el loro viejo no aprende a hablar sino que le cuesta más y si además es un loro con mañas, peor.

    Pero este comentario se me hizo ya demasiado largo así que te dejo un abrazo, te animo a seguir por este camino y me voy por donde vine.

    Saludos

    Pio

    p.s. se puede hablar bien sin dejar de hablar como nica y sin abandonar el delicioso «vos». Cuando oigo un nica hablando de «tú» se me sale el indio y le reclamo directamente el atropello a nuestra lengua.

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  4. Marco Antonio

    Mi modesta opinión es que hay personas que a si como hablan a si escriben, cierta vez recibi un telegrama donde se mencionaba la iglesia Santa Ana y estaba escrita como Santana y a mi parecer esto esta mal escrito, bueno a si somos los Nicaraguenses, verdad es que no escapa ninguna clase social a estos herrores.
    Saludos

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  5. Xiskya Valladares

    He leído con interés su artículo y me alegra que cada vez existan más esfuerzos por hacer un estudio serio de la fonética nicaragüense. Le agardezco, dicho sea de paso, que me nombre como una de esas personas que se esfuerza en ello.

    Quiero aportar una nota más a la reflexión: Según los estudios de fonética española, esos fenómenos que usted describe, no se producen únicamente en el español nicaragüense, sino en el español en general.

    Estudié dos años de Fonética en la carrera (en Barcelona) y los alumnos teníamos la posibilidad de ir al Laboratorio de fonética para contrastar la teoría con la práctica. Íbamos pasando ante el ordenador que convertía nuestras voces en sonograma y curiosamente mis compañeros españoles pronunciaban igualmente lo que puede parecerse a «recección», «peregne», etc. Porque, al parecer, es la tendencia natural de una lengua en continua evolución.

    Podemos notar menos estas producciones fonéticas, cuando el hablante culto está más pendiente de cuidar su discurso. Pero si pudiésemos grabar su voz y llevarlo a un laboratorio de fonética, estoy segura de que seguiríamos notando esa tendencia.

    Un saludo muy cordial y gracias, de nuevo, por sus reflexiones sobre estos temas.

    Xiskya Valladares

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  6. Xiskya Valladares

    Habría que distinguir tres aspectos que tienden a mezclarse pero que pertenecen a categorías de estudio distintas:

    1) Los vulgarismos fonéticos de la gente poco culta,
    2) La tendencia evolutiva natural del español
    3) Y lo que sí son rasgos fónicos propios del nicaragüense.

    Esto último, desgraciadamente, no está aún seriamente estudiado. Sólo unos pocos rasgos son tratados por autores serios y expertos como los siguientes:

    * Lipski, J., El español de América, Cátedra, Madrid, 1996.

    * Lipski, J., «/s/ in the Spanish of Nicaragua», Orbis, 33, 1-2 (1984-1989); pp. 171-181.

    * Quilis, A., «Notas de fonética del español de Nicaragua» en: Homenaje a Félix Monge (Estudios de Lingüística Hispánica), Gredos, Madrid, 1995.

    Mis conclusiones respecto a la fonética nicaragüense son muy pocas:

    1. Tendencia general a la reducción de hiatos, según la posición del acento principal, por diptongación, monoptongación y epéntesis.

    2. Alteración u omisión, según los casos, de la oclusiva sorda implosiva en grupos consonánticos.

    3. Articulación de la fricativa sorda labiodental como bilabial fricativa sorda y en zonas más rurales como aspirada.

    4. Seseo y realización de la sibilante /s/ como fricativa alveolar sorda en posición inicial e intervocálica; y aspiración u omisión en posición implosiva.

    5. Realización aspirada de fricativa velar sorda.

    6. Pronunciación muy suave, y a veces vocalización, de la fricativa palatal sonora en los diptongos [je] a inicio de palabra.

    7. Pérdida en algunos casos de la nasal alveolar en posición final absoluta o de palabra, y relajación de la misma en otros casos.

    8. Nivelación de la palatal lateral y la fricativa palatal sonora con pérdida de la palatal lateral.

    9. Realización muy débil de la fricativa palatal sonora.

    Pero notarán que varios de estos rasgos son comunes con esa tendencia de evolución natural de la fonética española. A ver si alguien se anima a dedicar tiempo y dinero en serio para estudiar científicamente, desde laboratorios de fonética, los rasgos, no digo nicaragüenses, sino del español centroamericano. Sería una gran aportación a la dialectología española.

    Un saludo a todos los lectores.

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  7. Magda

    …tambien se ha hecho popular el decir «recepcionar» en lugar de recibir
    …»funigar» por fumigar….
    y por ejemplo a mi me dicen Doña Mau…o Doña Mauda…mi nombre es Magda !!!…

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