We don´t say goodbye

Definitivamente no creo en los horóscopos.  Se me hace difícil aceptar que 582 millones de personas compartan sus caracteres y su destino, conforme lo predice un pelafustán.  Conozco personas que comparten conmigo ese período zodiacal, muchos de ellos entrañables familiares y amigos, en quienes podría identificar algunas cualidades coincidentes conmigo, pero a la vez gente nefasta, que si yo tuviera un ápice de sus rasgos ya me hubiera hecho el Hara-Kiri.

Con mayor contundencia puede observarse lo anterior en el caso de las personas que nacen en la misma fecha y que es motivo para descripciones y predicciones más complejas de parte de los astrólogos.

En mi caso, la única situación que he logrado identificar es la de los gemelos Maurice y Robin Gibb.  Los tres nacimos un 22 de diciembre de 1949, con minutos de diferencia, justo cuando finalizaba el solsticio de invierno, ellos en la Islade Man en Inglaterra y yo en México, D.F.

Crecimos tal vez al mismo ritmo, aprendimos a caminar casi al mismo tiempo, llegamos a hablar casi a la misma edad y como todo niño fuimos a la escuela, jugamos, aprendimos, nos equivocamos y tantas cosas que van ocurriendo con la vida.  Sin embargo, de repente los hermanos Gibb empezaron a desarrollar un talento musical que solo en mis sueños podría yo alcanzar.   Junto a su hermano mayor Barry formaron uno de los grupos musicales más exitosos de la historia: Los Bee Gees.

Llegué a conocer a ese sensacional grupo en 1968, cuando ya vivía en Managua y disfrutaba de la sensación de libertad que significaba la vida universitaria.  Frente a la Casa Sengelmannen el propio centro de la capital, estaba un puesto que distribuía la revista mexicana Pop y que con mis hermanos empezamos a coleccionar, pues tenía noticias del mundo de la música y las letras de las canciones que más pegaban en la época.  Ahí se hablaba a menudo de los Bee Gees, sin embargo, en las radiodifusoras no acababa de aparecer su música.  Incluso se incluyó un reportaje sobre la boda de Maurice con la cantante Lulú, quien se había hecho famosa por su interpretación Al maestro con cariño, en la película del mismo nombre.   A las ondas hertzianas llegó primero la versión en español de Palabras con Johnny Dìnamo y los Leo.  De hecho la primera canción original de los Bee Gees que yo escuché en el radio fue I gotta get a message to you y meses después, ya entrado 1969, las radiodifusoras no paraban de tocar I started a joke y Massachussets.   Luego nos llegó To love somebody, aunque de más vieja producción, así como Melody Fair y First of May.   Luego disfrutamos How can you mend a broken Heart.

Después del terremoto de 1972 mi hermano Ovidio se apareció con un Long Play de los Bee Gees, el primero de ese grupo que se tuvo en la casa y era To whom it may concern, el cual hicimos sonar infinidad de veces, en especial los temas Run to me y I can bring love.

Cuando a mediados de los setenta los Bee Gees se trasladaron a Miami, ensayando un nuevo estilo, nos anticiparon lo que sería su música con dos éxitos Jive talking y Nights of Broadway.

El conjunto alcanzó la cúspide de su carrera con la banda sonora de la película “Fiebre del sábado por la noche”.  La combinación del film con la música de fondo produjo un efecto arrollador que se tradujo en ventas extraordinarias del álbum, las cuales alcanzaron 40 millones de copias, convirtiéndose en la banda sonora de mayor venta en toda la historia.  A nivel de éxitos sencillos también lograron colocar en los primeros lugares de las listas de popularidad en todo el mundo, los temas de la película, así como nuevas composiciones que interpretó el grupo o algunos artistas de la época como Ivon Elliman, Tavares, Samantha Sang, Frankie Valli, entre otros.

Creo que muchos conciudadanos guardan especiales recuerdos cuando escuchan, More than a woman, Emotions, If I can´t have you, Grease,  Too much heaven o How deep is your love.

Para junio de 1979, en plena insurrección, un canal de televisión se dedicó a trasmitir mañana, tarde y noche, tres videos, el de Rod Stewart interpretando Do ya think I´m sexy,  ABBA con su éxito Chiquitita y How can you mend a broken heart de Bee Gees.

De los ochenta en adelante prácticamente le perdí la pista a los Bee Gees, salvo tal vez el fugaz éxito alcanzado por su hermano Andy.  En ocasión de un cumpleaños, no recuerdo cuál, mi madre me envió de regalo un video con el concierto “One night only”, que el grupo había realizado en Las Vegas en 1997.  También me hizo llegar un video en donde Celine Dion interpreta con ellos el tema que el grupo compuso especialmente para ella: Immortality y que juntos grabaron en 1998.  Disfruté tanto de esos videos, en especial por el cariño con que me los enviaba mi madre.

Cuando en 2003 falleció Maurice, la noticia me sorprendió y sentí pesar por él al haber partido de manera prematura.  Miraba con tristeza el emotivo video en donde, tan solo un año antes, canta con su ex esposa Lulú, First of may.

Ahora que falleció Robin, me sentí más impactado, con un nudo en la garganta. Sería tal vez que en los últimos años he recibido tantos golpes que me sigo preguntando como ellos: How can you mend a broken heart? y me he vuelto más sensible, o será tal vez que pienso que de aquellos tres que compartíamos un fecha tan especial, solo quedo yo y dos tumbas en Inglaterra tienen precisamente esa fecha en que yo también nací.  En realidad no lo sé.

En vía de mientras, escucho repetidamente el tema Immortality y me repito una y otra vez:  “We don´t say good bye”.

3 comentarios

Archivado bajo Mùsica

3 Respuestas a “We don´t say goodbye

  1. Aparte de la fecha de nacimiento y de que te alegraron la vida con sus canciones no compatis con ellos otra cosa, no te pongas triste. Hasta ellos, siendo gemelos, murieron con mucho tiempo de diferencia

    Saludos, gracias por esta joya musical <3.

    Me gusta

  2. A. L. Matus

    Por un lado me parece que mirar una lápida con nuestra fecha de nacimiento a cualquiera le pone a temblar las canillas. Por el otro, si es cierto que ellos tenían un gran talento musical, ninguno de ellos podía haber mantenido por tanto tiempo un blog, con lecturas tan interesantes como las suyas. Además tenían pecadillos que no es jugando. Así pues, mejor haga como lo expresó en otro blog, véase al espejo por las mañana y diga: Staying alive. Saludos

    Me gusta

  3. Me encontre con su blog de casualidad, yo tambien soy bloguero, me gusto mucho esta entrada, yo naci en el 88 pero esos años dorados de la musica yla vida me impactan y fascinan, aunque no tendria el valor de ser hippie me encanta el mundo hippie, y los Bee Ges, con su famosa conacioncita y el bailecito de Travolta se ganaron un lugar en la inmortalidad…
    Bonito tu blog, ganaste un seguidor eso si, no dejes de publicar.. saludos desde ANGELUS de ALDO.

    Me gusta

Replica a A. L. Matus Cancelar la respuesta