¿Dónde andarán?

Nuestras vidas están llenas de historias inconclusas.  Solo una parte de las historias que ocurren en nuestra existencia se presentan en toda su dimensión, el resto, la mayoría, quedan siempre sin finiquitar en nuestra memoria.  Sabemos de lo que ocurre con nuestra familia, parte del círculo de nuestros amigos y de una pequeña proporción de nuestros conocidos.  Lo mismo ocurre con todos aquellos que arañaron la fama y que algunos fugazmente, otros con mayor persistencia, fueron parte importante de nuestros recuerdos.  Sabemos del destino de alguno de ellos, dramático y vertiginoso como el caso de Amy Winehouse, James Dean, Michael Jackson o sostenido como Elizabeth Taylor o John Wayne.  No obstante, hay algunos famosos que ocuparon gran parte de nuestra atención y luego se esfumaron totalmente y no es sino cuando algo detona en nuestra mente una chispa que trae un cúmulo de recuerdos y como Pablo Milanés nos preguntamos: ¿Dónde andarán?

Sería por 1964, en la época cuando The Beatles empezaron a adueñarse de todos los hit parades del mundo, cuando de pronto apareció una canción pegajosa que repetía incansablemente Dominique-nique-nique y que hablaba de Santo Domingo y su obra.  Pronto se supo que quien cantaba era una monjita, así en diminutivo pues el vocablo monja suena un tanto fuerte para los nicaragüenses, grosero, tal vez. La tal monjita con el tiempo se llegó a conocer como Sor Sonrisa.  La canción logró colarse en los primeros lugares de las preferencias radiofónicas, luego vino otra canción, Todos los caminos, creo que se llamaba y finalmente no volvimos a escuchar nada de la mentada monjita quien desapareció de escena sin dejar ningún rastro.

Hace algunas semanas, alguien colgó en su muro de Facebook un video de Sor Sonrisa interpretando Dominique y de pronto se me vinieron a la mente una serie de recuerdos de los años maravillosos de la adolescencia y me pregunté qué habría sido de la tal monjita.  Me puse a investigar y la historia de esta religiosa es un completo drama, como de tango arrabalero.  El verdadero nombre de esta religiosa era Jeaninne Deckers y había nacido en Bruselas, Bélgica.  Estando próxima a casarse descubrió que no se sentía realmente atraída hacia su novio, así que canceló la boda y para escapar de la presión de su familia, demasiado conservadora, ingresó a la orden de las monjas dominicas.  Ahí, bajo el nombre de Luc-Gabriel, se refugió en la música y con esto logró ganarse el cariño de sus compañeras, pues también le daba por componer.  Cuando a inicios de la década de los sesenta compuso Dominique, todas la animaron para que difundiera al exterior su canción pues era muy pegajosa.  Así lo hizo y no tardó la empresa disquera Philips en ofrecerle un jugoso contrato para grabar la canción.  El contrato lo manejó desde luego la orden religiosa, que no dejó a Luc Gabriel tocar el fruto de su trabajo, pues debido a los votos de pobreza y obediencia tenía que apechugar para que los fondos fueran a las cuentas de la orden y que hicieran uso de ellos algunas vivales que se pasaban esos votos por el arco del triunfo.  No obstante, disfrutó la fama y recorrió el mundo, habiéndose presentado hasta en el show de Ed Sullivan en los Estados Unidos.

Sin embargo, con el tiempo, la fama fue disipándose y sus canciones ya no caían en gracia. Por otra parte, se le metió el duende de la rebeldía y empezó a cuestionar muchas imposiciones de la orden, a realizar comentarios un tanto fuertes, como decir que era cierto que los Beatles eran más famosos que Jesucristo y al final no aguantó el ácido y decidió mandar a las dominicas a volar, dejando la orden.  Al mismo tiempo, otra monja, muy amiga de Luc-Gabriel, llamada Annie Pescher y que aparentemente le tocaba la ocarina en algunas interpretaciones, también se salió de la orden y se fue a vivir con su amiga.  Las dominicas belgas se portaron idem y las despidieron sin darles ni sal para un jocote, a pesar de que Luc-Gabriel les había generado inmensos beneficios económicos.  Es más, le obligaron a no utilizar ninguno de los nombres comerciales que había adquirido en su carrera artística, así que Sor Sonrisa desapareció para siempre.

Luego, parecía que las monjas les habían realizado algún conjuro pues toda empresa que emprendían fracasaba estrepitosamente y el colmo fue cuando la DGI de Bélgica le salió cobrando impuestos no pagados sobre las royalties de las canciones que desde luego se embolsaban sus hermanas dominicas, de tal manera que el fisco le reclamó el pago equivalente a  200,000 euros o iría a parar a la cárcel con sus huesos, ya ven que las autoridades belgas no andan con cuentos.   Las monjas dominicas ni siquiera se camisearon para ayudarle con el pago del adeudo, menos la disquera Philips, así que en 1985 entre la espada y la pared, Luc-Gabriel y Annie hicieron un pacto de amor en donde mediante la ingesta de alcohol y medicamentos pusieron fin a sus vidas.  En medio de todo, nunca renegaron de su fe, al contrario en su carta de suicidio solicitaron que las enterraran juntas y con el rito católico.  Y así fue.

Allá por 1974, pues era en la Managua post terremoto, se presentó una película italiana que causó sensación en el público: Malicia.  Era una comedia, primera en su género, pues trataba de una familia que pierde a la matrona y el viudo y sus hijos quedan atendidos por una fámula de quien se llegan a enamorar.  La picardía y atrevimiento en algunas escenas, al igual que un tema musical bandido, hicieron que esta película tuviera un éxito arrollador.  Sin embargo, lo que más llamaba la atención era la belleza sin igual de la actriz que interpretaba a la mucama: Laura Antonelli, italiana, nacida en 1941 y que inicialmente fue maestra, luego modelo, posteriormente ingresó en la televisión.  Cuando filmó Malicia, ya tenía unos ocho años de actuar en el cine, habiendo aparecido en El mirlo macho a la par de Lando Buzanca, quien había hecho sensación con el Homo Eroticus Supermacho y todas las que le siguieron.  En ese mismo año filmó otro gran éxito del cine erótico italiano Pecado Venial que junto a Malicia llevaron a la fama a Laura.   Malicia inició el género de películas de comedia picaresca cuya su trama se basaba en el acoso a las mucamas, que generalmente eran jóvenes sensuales que al realizar sus quehaceres domésticos se agachaban enseñando sus redondeces.  Este género tuvo una gran aceptación en el público nacional pues despertaba el espíritu pichelesco de muchos compatriotas.

Después de filmar Laura sus dos grandes películas con el actor Alessandro Momo, viajando ambos en una motocicleta tuvieron un accidente en donde Alessandro perdió la vida.  Luego pareciera que su vida no caminó igual.  Poco a poco su frescura y candor que resplandecía en las pantallas se fue apagando, sus películas no tuvieron el éxito de antes y tratando de realizarse un tratamiento estético, le salió la venada careta, así que su última película que debió titularse Me siguen llamando Malizia, fue todo un fiasco.  Luego en una fiesta en su casa la policía encontró drogas y la acusaron, no de posesión, sino de tráfico.  Luego se revisó el caso y levantaron el cargo de tráfico de drogas.  Después de grandes depresiones estuvo internada en una institución de salud mental.  Al salir, descubrió que todos sus ahorros se habían esfumado y actualmente, con setenta años a tuto, tiene que sobrevivir con una pensión de menos de 600 dólares mensuales.  Es cierto que por estas latitudes alguien con un ingreso mensual de ese nivel, se ríe de la vida, sin embargo, en Europa no alcanza ni para la masa del chocoyo, de tal forma que Laura tiene que depender de la caridad pública, pues algunos ex admiradores de Ladispoli, que es la ciudad italiana donde vive, le llevan alimentos y otras vituallas.    Antes de que le  jalaran el aire, Berlusconi estudiaba, dizque seriamente, la manera de concederle una pensión estatal como figura cultural de su país.  De esta manera, quien fuera un icono de la belleza italiana de los setenta, se encuentra en la indigencia, deprimida que no quiere que nadie la mire y escuchando todo el día Radio María.

En 1975 se estrenó en Managua una película que escandalizó a la mojigatería local imperante en aquellos tiempos.  Era un film de Just Jaeckin, en el cual se traspasaron las fronteras de lo que se manejaba en el cine erótico de la época, con escenas de sexo explícito, que sin caer en la pornografía, casi no dejaban nada a la imaginación.  El personaje central se basa en un libro del mismo nombre, escrito por Emmanuelle Arsan, seudónimo de Marayat Rollet- Andriane, novelista francesa nacida en Bangkok y casada con un funcionario dela UNESCO.  Emmanuelleera una mujer un tanto desinhibida que exploraba su sexualidad en todas las formas posibles, para deleite de los demás.  El personaje Emmanuelle impactó a la sociedad de tal manera que algunos sociólogos enfocaron sus investigaciones a este fenómeno.

El gran suceso que obtuvo la primera película de Emmanuelle, motivó la creación de una saga que inicialmente tuvo a Sylvia Kristel como protagonista y dueña de la pantalla, sin embargo, como toda serie, el tema se llevó al exceso con secuelas medio apócrifas con artistas desconocidas y que se enfrentaban, como El Santo, hasta contra las mujeres vampiros.  Vale la pena destacar que en las primeras películas de esta serie, con la participación de Sylvia, la banda sonora estuvo a cargo del genial compositor Francis Lai, resaltando el tema de Emmanuelle 2, L´amour d´aimer, el cual fue interpretado por la propia Sylvia Kristel y que es algo exquisito.

La actriz de Emmanuelle era holandesa y había nacido en Utrech en 1952 en un hogar con buena capacidad económica, pues sus padres poseían un hotel.  Fue secretaria y de casualidad se inscribió en el concurso de Miss TV, el cual ganó y fue el trampolín para llegar a la pantalla grande.  A pesar de su figura sensual, admitió posteriormente que su forma de ser, distaba mucho del personaje que de manera tan perfecta llegó a interpretar, así que llegó el tiempo en que se cansó de ser identificada como Emmanuelle.   Realizó otros personajes, trabajando bajo la dirección de Roger Vadim y de Claude Chabrol.  Se trasladó a los Estados Unidos con la vana esperanza de conquistar Hollywood, sin embargo, al igual que La Pedrona, no tuvo éxito.  Logró hacer una película sobre el Super Agente 86 y posteriormente sólo hizo películas de segunda categoría.  Luego como ella misma admitió cayó en el vicio de las drogas y al final fue diagnosticada con cáncer de pulmón y de garganta.  Creyendo que le quedaban pocos meses de vida, escribió sus memorias las cuales tituló como Desnuda.

Al final ha llegado a sobrevivir a su enfermedad y vive modestamente en un departamento alquilado en Amsterdam, viviendo sola, sin compañero y soñando con ser abuela.  De su autobiografía salta una frase interesante:  “Emmanuelle no ha matado a Sylvia Kristel, la mujer ha sido más fuerte que el personaje. Yo estoy viva. Emmanuelle es un fantasma de mi pasado”.

Decía mi padre, no sé de qué fuente: “Es triste ignorar lo que debemos saber, pero es más triste saber lo que debemos ignorar”.  Por eso no sé si hubiese sido mejor que me quedara con aquella creencia de que a este tipo de personas en cierto momento, al igual que a Elías, un carro de fuego los arrebata hacia el cielo o traer de nuevo a Pablo: “Me lanzarán al viento y a mi tiempo retornarán, vendré feliz y fresco, para siempre sé donde estarán”.

8 comentarios

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8 Respuestas a “¿Dónde andarán?


  1. Sí, dónde andarán tantos personajes que a lo largo de nuestras vidas incidieron en ellas en una u otra forma. Excelente artículo, no sabía nada de nada, recuerdo todo el alboroto alrededor de Dominique y de Emmanuelle, pero nada más. Gracias por compartir tus ideas y tus conocimientos.

    Saludos

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  2. Eduardo Ortega

    No conocía el final de Sor Sonrisa, al parecer los ángeles con panes de oro la dejaron a su suerte. me parece injesto que después de causar tanto revuelo , Sylvia Kristel terminara en esa situación, alguna vez se dijo que se había juntado con un señor muy poderoso. Además de Emmanuelle destacó en una versión de » El amante de lady Chaterley » , ya más madurita interpretó a Julia en la película del mismo nombre. Muy buen artículo igual el cambio de imagen de la página esta solemne. Abrazos mi bro.

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  3. A.L. Matus

    Interesante artículo, pues jamás me imaginé que estas famosas tuvieran una vida tan abrupta. Me consta que muchas órdenes religiosas explotan a sus integrantes y solo algunas de ellas se dan la gran vida. Tal vez la salida de Sor Sonrisa fue la más valiente ante la adversidad. Eso de la ocarina es cierto o es vacilón?

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  4. Oswaldo Ortega

    Muy interesantes los datos que arroja tu blog, debe ser muy fácil acostumbrarse a la fama pero nadie está preparado para asimilar el olvido del público. Hace un tiempo habia un programa en la television americana llamado Where are they now que presentaba estrellas que habian sido famosas en un tiempo pero no recuerdo ninguna historia triste como las de este artículo.
    Muchos artístas se nos han perdido para siempre, por lo menos queda el consuelo que Claudia Cardinale sigue filmando en Italia

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  5. ortegareyes

    La prensa internacional ha difundido la triste noticia de que anoche falleció Sylvia Kristel, a la edad de 60 años, como consecuencia del cáncer. Que el Señor la haya acogido en su seno.

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  6. Miguel Bolaños

    Sor Sonrisa, Jeanne-Paule Marie Deckers, belga de nacimiento, abandonó los hábitos, se casó con una vieja amiga (era lesbiana) y se metió al mundo de las drogas. Heroína entre ellas. Se supo que demandó a su orden religiosa y a la empresa grabadora Phillips para que le pagaran el dinero que merecía por la venta del tema «Dominique Nique Nique» pero no tuvo éxito. Quedó en la ruina económica y murió en 1985, en un pacto suicida junto con su amante.

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  7. Paúl

    Me emocione mucho con tu artículo y la verdad también me impresionó la muerte del joven actor de Malizia. Cuestiones de la vida. Antonelli desde que la vi en ese papel de mucama me impresionó su belleza y de verdad cómo terminan los grandes actores.

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  8. Daven Brantes

    Interesante comentario de esos personajes que de alguna forma te marcan la vida.
    Esa prosa trae cierto deleite a mi memoria,en fin que persevera con otros personajes «perdidos».

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