Ese vicio de bañarse a diario

lifebuoy

Una de las mayores impresiones que se llevó Fray Bernardino de Sahagún, el historiador del nuevo mundo, cuando entró en la gran Tenochtitlán, además de su grandeza y majestuosidad, fue su limpieza.  En la época en que los españoles llegaron a América, las principales ciudades de Europa no se caracterizaban por su limpieza y cuentan que el hedor que emanaba de ellas llegaba a ser insoportable, sin embargo, la capital de los aztecas parecía tener como lema la pulcritud.

Afortunadamente los nicaragüenses heredaron la higiene de sus antepasados indígenas y no la de sus conquistadores, pues a pesar de todos los defectos que el nica pueda tener, siempre se ha distinguido por su limpieza.  Podría decirse que la gran proporción de la población se baña a diario e incluso en el extranjero, en los climas más inclementes mantiene su afán por el aseo personal. Cuando alguien es renuente al baño se le mira de menos y se le califica como «compadre del agua».  En algunos países en donde el baño es un lujo, sienten recelo de los nicas, pues tienen la mala costumbre de querer bañarse a diario.

De esta manera el ajuar básico del nicaragüense contiene de rigor jabón y paste, este último es el fruto de una cucurbitácea llamada luffa fricatoria, que sirve para realizar una fricción a fondo sobre la piel que elimina la suciedad y puede tener una gruesa acción exfoliante.

El jabón a nivel comercial apareció en Inglaterra a finales del siglo XIX y en Nicaragua empezó a utilizarse de manera generalizada hasta ya muy entrado el siglo XX.  El jabón más antiguo que se utilizó fue el de manufactura artesanal y no contenía ningún perfume.  Este jabón se conocía como «jabón negro» o «jabón del pais», el cual a pesar de su característico olor a la grasa con que se fabricaba, para algunos era ideal para dejar el cuerpo limpio e incluso se le achacaban facultades curativas de algunas enfermedades de la piel. Ese jabón venía en una forma de huso y se conseguía en algunas pulperías y mercados.  También era muy común utilizar el jabón de lavar para bañarse, habiéndose destacado a inicios del siglo XX un jabón fabricado por emigrantes chinos llamado La Fama.

Para los años cincuenta, recuerdo que en la farmacia de mi abuelo la sección de cosméticos tenía ya cierta relevancia y se comercializaban jabones de tocador como se les empezó a llamar, aunque el vulgo los conocía como jabones de olor.  Entre las marcas más demandas estaban Palmolive, Rexona, Paramí, Camay y Reuters.  También se vendían jabones de lujo, utilizados más que nada para regalos como el jabón Heno de Pravia, el Maja, el Yardley y había unos jabones ingleses que llegaban en una cajita de tres y que en la tapa tenían una pintura de unos niños jugando con globos y aros, eran de los regalos más socorridos para las piñatas, pues la caja costaba apenas cinco córdobas, es decir un dólar.

También se vendía un jabón medicinal llamado Neko, que tenía un Ph neutro y no tenía ningún perfume, sin embargo, tampoco tenía el olor del «jabón negro» y era indicado para ciertas afecciones de la piel.

Un caso muy especial lo constituía el jabón Lifebuoy, o jabón Salvavidas como también se le conocía.  Este jabón había sido lanzado en Inglaterra por el pionero de los jabones comerciales, de apellido Lever y cuya empresa a la fecha sigue siendo una de las principales productoras de jabón del mundo.  Este jabón se vendía como bactericida y era ideal para deportistas o personas que por su actividad sudaban mucho.  Era de color rojo ladrillo, sus bordes eran cortados como semi hexágonos y tenía un olor penetrante que nos recordaba al olor de los perros cuando los desinfectaban y bañaban. Cuando empecé a practicar atletismo, mi tía Leticia que recién había cerrado su pulpería en el Oriental, me regaló una generosa dotación de jabón Lifebuoy, por lo que me vi obligado a usarlo en las duchas del Estadio y mantener todo el día aquel olor perruno.

El aroma más sabroso que mi memoria guarda de un jabón es el del Pears.    En los años sesenta, llegó a la botica de mi abuelo un fuerte pedido de este jabón, que era de manufactura inglesa.  Un barbero londinense de apellido Pears había descubierto un proceso mediante el cual el jabón obtenía una transparencia cristalina el cual empezó utilizándolo en su establecimiento y posteriormente lo comercializó.  En virtud de que los sanmarqueños tenían una elasticidad en su demanda por jabones muy rígida, el precio del jabón Pears, casi el doble del resto, no permitió que se vendiera en el pueblo, por lo que tuvimos que dedicarlo al consumo de la casa.  Este jabón, que muchos creían por su nombre que era fabricado con peras, pues desconocían el apellido del creador del mismo, tenía un aroma único y a pesar de que se gastaba fácilmente por su mínimo contenido de auténtico jabón, era toda una experiencia bañarse con él.

En la actualidad el mercado de jabones de tocador está dominado por tres compañías multinacionales: Colgate-Palmolive que distribuye las diferentes presentaciones de Palmolive, Unilever que es una empresa que resultó de la fusión de los famosos jaboneros Lever de Inglaterra con los productores holandeses de la margarina Unie y que mantiene las marcas Lux, Rexona y Dove, y Procter and Gamble que distribuye Camay y Zest.  Todas estas marcas tienen su línea regular y algunas exquisiteces que prometen rejuvenecer y dejar a las personas el cutis lozano y terso pero lo único que le deja liso es el bolsillo.  También se encuentran jabones nacionales a menor precio y que sin gastar fortunas en publicidad se mantienen en el mercado.

El jabón Lifebuoy no se mira regularmente en Nicaragua, aunque se registra que se sigue produciendo en la India, desde donde se exporta a muchos países, principalmente a España, en donde tiene, sorprendentemente, una enorme demanda.

Así que no importa cuál marca de jabón prefiera, si utiliza un paste o una esponja, lo importante es mantener viva esa buena costumbre del nica y burlando las negras intenciones de ENACAL, bañarse a diario.

8 comentarios

Archivado bajo cultura, farmacias, Nicaragüense

8 Respuestas a “Ese vicio de bañarse a diario


  1. Excelente, ya deberías ir pensando en un libro, ¿eh?

    Me encanta leerte. Me distraigo y me cultivo.

    Salud♥s

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  2. guarnerius

    Felicitaciones, muy buen artículo. Ciertamente los latinoamericanos nos bañamos tanto que en ciertas partes como en España, nos tienen recelo. A un conocido mío allí lo denunciaron a la Sanidad Pública porque les extrañó que se bañaba todos los días. Aquí en Costa Rica recuerdo que llegaba un jabón procedente de Nicaragua, el «Prego», que aunque se suponía era para lavar, lo usábamos para el baño, pues olía muy bien. Aquí desapareció tras el triunfo del sandinismo en 1979, y aunque se hizo una imitación, no era igual. Otro jabón que fue famoso a principios del siglo XX fue el de Reuter, y en efecto, para mí fue una tragedia cuando descontinuaron el Lifebuoy, al punto que tuve que inventarme un sustituo, hecho con jabón de olor y creolina, pues sirve para uno y para las mascotas. En Centro América hemos tenido tanta suerte en este aspecto que incluso tenemos muchas saponarias naturales, como las «chorejas» o frutos del árbol de guanacaste, el «jaboncillo» y varias otras, que eran usadas por los indígenas desde tiempo inmemorial. Desgraciadamente, los europeos a menudo piensan que si nos bañamos tanto debe de ser porque somos muy cochinos. No hay manera de quedar bien con todos.

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  3. Zoila

    Hola me gustaria saber donde puedo comprar el jabon salvavidas no lo he podido encontrar alguna sugerencia gracias

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    • juan

      Si estas en Nicaragua, en los superes de la colonia, venden unos jaboncitos color rojo, creo que vienen en paquetito de 3 marca ambar y tienen el mismo aroma que los salvavidas

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  4. Pingback: Aquel indiscreto olor « Los hijos de septiembre

  5. Carlos

    No sé si ésta página está aún vigente, me la encontré por casualidad y vaya que si está pintoresca, se ambienta en Nicaragua, pero es como si fuese en Honduras ó El Salvador, los ambientes y acontecimientos son muy similares en toda C.A. y los productos ni se diga, lociones 7 machos, orquídea marina, Pachulí, brillantina Para Mí, etc. muy bonito.

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  6. reyna

    HOLA TODOS LOS NICAS PAISANOS RECUERD EL JABON DE CHANCHO DIVINO PARA EL CABELLO NO LO MENCIONARON Y SI SOMOS LIMPIOS NOS CHAJINEAMOS RICO ,RECUERDO BANARME CON AGUA DE LLUVIA ME ENCANTABA DE NINA SOBRE TODO PARA LA GUERRA.
    BESITOS.

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    • ALICIA

      BUENO, YO ODIABA A MI MARIDO, PORQUE ADORABA EL JABON SALVAVIDAS, OLIA A ESCUSADO DE MERCADO, CRIOLINOSO, Y A EL LE GUSTABA ABRAZARME, PARA HACERME ENOJAR DESPUES DE BANARSE, TENIA UNA TIA, QUE USABA JABON DE CERELCIDIO, JAMAS SUPE DE QUE ERA, HOY CREO QUE ES ESE MISMO JABON DE CHANCHO QUE MENSIONA REYNA. QUE TIEMPOS DIOS MIO, PERO ES RELAJANTE VER PARA ATRAS A VECES… QUE DIOS LOS BENDIGA, HOY ME BANO CON JABON DE POMEGRANATE, O GRANATE NADA MAS, POR SUS PROPIEDADES ANTIOXIDANTES.

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